No hay regreso.
Pero siempre queda un viaje de vuelta
hacia ciertas cosas anteriores,
que ya son otras
y sin embargo nos llaman
con un signo
similar al de antes.
Nada cambia del todo.
Lo que no cambia
en aquello que cambia
saluda nuestro viaje hacia atrás,
celebra lo que no cambia en nosotros,
su abismal permanencia en el fondo,
su intemporal fidelidad.
Hay pétalos que no abandonan a la flor.
Ni cuando se marchita.
Roberto Juarroz de Decimocuarta poesía vertical.
viernes, 10 de febrero de 2012
viernes, 9 de diciembre de 2011
Poemas de Juan Gelman
Final
La poesía no es un pájaro.
Y es.
No es un plumón al aire, mi camisa,
no, nada de eso. Y todo eso.
Sí.
He roto un violín contra el crepúsculo
para ver qué pasaba,
me fui a la piedra y pregunté qué pasa.
Pero no. Pero no.
Aún no.
¿Me olvidé acaso del pañuelo aquel
donde gira en silencio un vals antiguo?
No lo olvidé, miradme la mejilla
y os daréis cuenta, no, no lo olvidé.
¿Me olvidé del caballo de madera?
Tocadme el niño y me diréis que no.
¿Y entonces, qué?
La poesía es una manera de vivir.
Mira a la gente que hay a tu costado.
¿Ama? ¿Sufre? ¿Canta? ¿Llora?
Ayúdala a luchar por sus manos, sus ojos, su boca, por
el beso para besar y el beso para regalar, por su mesa, su
cama, su pan, su letra a y su letra h, por su pasado -¿acaso
no fueron niños?-por su porvenir-¿acaso no serán
niños?-por su presente, por el trozo de paz, de historia y
de dicha que le toca, por el pedazo de amor, grande, chico,
triste, alegre, que le toca, por todo lo que le toca y se le arrebata
en nombre de qué, de qué?
Tu vida entonces será un río innumerable que se llamará pedro,
juan ana, maría, pájaro, plumón, el aire,
mi camisa, violín, crepúsculo, piedra, pañuelo aquel, vals
antiguo, caballo de madera.
La poesía es esto.
Y luego, escríbelo.
---------------------------------------------------------
Tanguito
yo
no
sé qué hacer
para que salgas de mí y por fin te vayas
al diablo al sufrimiento que
me crece por verte y por no verte y
no seas más que eso sufrimiento
en vez de ser temblor ser esperanza
silencio bajo el sol
otro sol además
--------------------------------------
Viendo a la gente andar
Viendo a la gente andar, ponerse el traje
el vestido, la piel y la sonrisa
comer sobre los platos dulcemente
afanarse, correr, sufrir, dolerse
todo por un poquito de pan y de alegría,
viendo a la gente, digo, no hay derecho
a castigarle el hueso y la esperanza,
a ensuciarle los cantos, a oscurecerle el día,
viendo, sí,
cómo la gente llora en los rincones
más oscuros del alma y sin embargo
sabe reír y andar derecho,
viendo a la gente, bueno, viéndola
tener hijos y esperar y siempre
creer que van a mejorar las cosas
y viéndola pelear por sus riñones,
digo gente,
qué hermoso andar contigo
a descubrir la fuente de lo nuevo,
a arrancar la felicidad,
a traer el futuro sobre el lomo, hablar
familiarmente con el tiempo y saber
que acabaremos y de una buena vez por ser dichosos,
qué hermoso, digo gente, qué misterio
vivir tan castigado
y cantar y reír
¡qué asunto raro!
------------------------------------------
Un viejo asunto
Fue a principios de siglo.
La ciudad
se ponía los pantalones largos,
iba en landó, calzaba vías férreas,
ascendía hasta el cielo con ventanas.
Era el imperio de los estancieros
recién vendido a la Inglaterra, era
la reyecía de los Apellidos,
el país dividido en cinco feudos
donde engordaba el animal y pedro
valía menos que un cuero de vaca.
El río entonces una madrugada
fue despertado por extrañas voces,
palabras dulces o ásperos sonidos,
el aire anduvo averiguando qué
demonios sucedía, qué lenguaje
lo trizaba en cristales asombrados,
mientas los inmigrantes descendían
con pantalones castigados, los
bolsillos llenos de nostalgia y unos
sueños, los pocos permitidos por
la Compañía de Navegación.
Aquí vinieron italianos, turcos,
árabes, rusos, búlgaros, judíos,
eslovacos, polacos, españoles,
con los dedos del hambre en la mejilla,
con la lágrima seca en el pómulo,
con las espaldas hartas del fusil,
del knut, del palo de la policía,
aquí vinieron, construyeron casas,
relojes, sillas, lápices, pañales,
empuñaron la reja, hicieron
llover del suelo gotas congeladas
de trigo o de maíz, aquí vinieron
y edificaron días, esperanzas,
árboles, hijos, pájaros, canciones,
aquí empezó a dolerles el huesito,
mientras el amo alcorta o anchorena
mantenía queridas en París,
vendía el país por unas esterlinas,
paseaba sus polainas por Europa.
Aquí vinieron, sí, los gringos, los
extranjis, aprendieron a besar
el mate largamente, a conversar
el porteño mezclado, en guaraní,
dieron sus brazos para el frigorífico,
para las fábricas y se encontraron
cara a cara con los viejos fantasmas,
les azuzaron sus hermanos criollos
(les decían “los gringos les roban el trabajo”)
Les persiguieron la majilla y como
muchos de ellos venían de la pólvora,
del aire en armas de las barricadas
populares y muchos descendían,
por parte del dolor, de la pelea,
los amos le dictaron una ley:
“Queda prohibido para el extranjero,
jornalero, albañil, bracero o pobre,
pedir aumento de salario, unirse
luchar por su camisa, el delantal,
la cuchara , el repollo, los manteles.
Tiene permiso para sufrir hambre,
golpes y lágrimas, humillaciones,
como los chinos de esta sucia tierra.
Puede olvidarse de a poco que es un hombre,
y si lo recordase, hereje, bárbaro,
archívese, publíquese y devuélvase
encadenado a su lugar de origen”.
Esta es la ley, célebre por su número
odiado, maldecido, esta es la ley
4144.
Clavada está en el medio de mi pueblo.
Todavía golpea en lo más puro.
-----------------------------------------
Oficio
Cuando al entrar al verso me disloco
o no cabe un adverbio y se me quiebra
toda la música, la forma mira
con su monstruoso rostro de abortado,
me duele el aire, sufro el sustantivo,
pienso qué bueno andar bajo los árboles
o ser picapedrero o ser gorrión
y preocuparse por el nido y la
gorriona y los pichones, si, que bueno,
quién me manda meterme, endecasílabo,
a cantar, quién me manda
agarrarme el cerebro con las manos,
el corazón con verbos, la camisa
a dos puntas y exprimirme,
quién me manda, te digo, siendo juan,
un juan tan simple con sus pantalones,
sus amigotes, su trabajo y su
condenada costumbre de estar vivo,
quién me manda andar grávido de frases,
calzar sombrero imaginario, ir
a esperar una rima en esa esquina
como un novio puntual y desdichado,
quién me manda pelear con la gramática,
maldecirme de noche, rechinar
fieramente, negarme, renegar,
gemir, llorar, qué bueno está el gorrión
con su gorriona, sus pichones y
su nido, su capricho de ser gris,
o ser picapedrero, óigame amigo,
cambio sueños y músicas y versos
por una pica, pala y carretilla.
Con una condición:
Déjeme un poco
de este maldito gozo de cantar.
-----------------------------------------
Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de ti
Me he acostumbrado a beber la noche lentamente,
porque sé que la habitas, no importa dónde,
poblándola de sueños.
El viento de la noche abate estrellas temblorosas en
mis manos, que aún no se conforman, viudas inconsolables
de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste
y a veces les daría la libertad que exigen
para volver a ti, con el helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva
en mí, que si me muero a ti te moriría.
----------------------------------------------------
Los niños
Les agradezco estar, amanecer.
Puros, azules, limpios, asomándose detrás
de la camisa, con la sonrisa puesta, el pájaro
en su sitio, el asombro en su lugar.
Bajo sus delantales la ternura hace ruido,
y todavía creen en el aire, en la flor,
en el cielo, en los rincones.
¡Vivan! Vivan los niños y su gran campana,
tocando a muerto, a hombre, cuando crecen!
Dejad entonces, ciegos, que yo vaya a los niños.
------------------------------------------------
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcementepedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
--------------------------------------------------------
Presencia del otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
--------------------------------------
Otoño
Aparto el amor con la derecha, la locura con la
Izquierda, para que no se mezclen por tu culpa.
Otoño, gran patrón de la dulzura: no me
mates así, que aún no lo merezco.
Han muerto de ternura un bandoneón, su tango,
Lo que se mueve puro más allá.
Pero yo no, yo no. Aún no lo merezco.
Cuando vuelva a ser niño me moriré a raíz
De tu aventura.
-----------------------------------------------------
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
-------------------------------------
Fábricas de amor
I
Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuantas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
II
Alza tus brazos, ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra como una campana
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,
límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda,
tú comienzas el mundo para que esto suceda.
III
Me has amado las manos y caerán con el otoño.
Has amado mi voz y está arrasada.
Mi rostro ha reventado sobre ti como una piedra
impura.
Me has amado y amado
para que huya de mí, señor de sombras.
Me has destruido para que yo sea luz humana
cantando
como las criaturas de tu sangre.
IV
Que del recuerdo suba el olor de tu cuerpo y se
haga tu cuerpo.
Que la noche devuelva tu dulzura.
Que tus manos sean dadas por el temblor que dieron.
Que tus ojos regresen de todo lo mirado.
Paloma del amor
en vez
asciendes pura en libertad
giras y cantas como el cielo vas invadiendo el mundo.
V
Como un niño te canto bajo la noche oscura.
Cofre de los secretos, juegos hondos,
temblores del otoño como pañuelos rápidos,
te canto allí para que seas.
Señora del candor,
con boca limpia digo uno a uno tus nombres,
pongo mi rostro en la penumbra que de ellos
desciende,
hago un gran fuego con tus nombres bajo la
noche oscura.
En realidad quiero decir: me haces andar contra la muerte.
------------------------------------------------------
Arte poética
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor.
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde sus manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
---------------------------------------------------------------
Poema
Como el amor, como el amor insistes,
nada puede alejarte,
ni la piedra más dura que tiro contra mí.
Vienes, golpeas, pie ligero,
como el amor asciendes,
dicha pura,
oleaje de la oscura desconocida maravilla.
Bajo un día de verano clausura de la sombra
entre un ruido de rostros probables moriré,
solo de ti, solo de ti, pasión del mundo, poema.
-----------------------------------------------
Velorio del solo
Especialmente anda preocupado
por el tiempo, la vida, otras cositas como ser
morir sin haberse alcanzado a sí mismo.
En esto era tenaz y los días de lluvia
salía a preguntar si lo habían visto
a bordo de unos ojos de mujer
o en las costas del Brasil amando su estampido
o en el entierro de su inocencia (muy particularmente).
Siempre tuvo palabras o pálidos y pobres pedazos
de amores sin usar, de grandes vientos,
trece veces estuvo por entrar a la muerte
pero volvió, de acostumbrado, decía.
Entre otras cosas quiso
que alguno más entendiera este mundo
con lo que horrorizaba a la propia soledad.
Hoy lo velan tan espantosamente aquí mismo,
entre estas paredes por las que resbalan todavía sus
puras maldiciones,
desde su rostro cae el ruido de las barbas aún vivas
y nadie que lo huela
llegará a imaginar cómo deseaba gozar con el misterio
del amor inocente,
darle agua a sus niños.
Mientras devuelve la piel y los huesos prestados al
descuido
mira a lo lejos su figura y se persigue
por lo cual sin duda pronto
va a empezar a llover.
--------------------------------------------
El ladrón
En la noche silenciosa y oscura,
huyendo de toda presencia humana o animal,
evitando los ruidos, furtivamente roba
fuego de las palabras y palabras del fuego
para sí, para todos, para el amor que no conocerá
algún día
y la ceniza fría le castiga las manos.
----------------------------------------------
Lo Que Pasa
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
-------------------------------------------------------
Condecoraciones
Condecoraron al señor general,
condecoraron al señor almirante,
al brigadier, a mi vecino
el sargento de policía,
y alguna vez condecorarán al poeta
por usar palabras como fuego,
como sol, como esperanza,
entre tanta miseria humana,
tanto dolor
sin ir más lejos.
------------------------------------------------
Mi Buenos Aires Querido
Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
--------------------------------------------------
Una mujer y un himbre
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
---------------------------------------------------
Poemas de Juan Gelman
La poesía no es un pájaro.
Y es.
No es un plumón al aire, mi camisa,
no, nada de eso. Y todo eso.
Sí.
He roto un violín contra el crepúsculo
para ver qué pasaba,
me fui a la piedra y pregunté qué pasa.
Pero no. Pero no.
Aún no.
¿Me olvidé acaso del pañuelo aquel
donde gira en silencio un vals antiguo?
No lo olvidé, miradme la mejilla
y os daréis cuenta, no, no lo olvidé.
¿Me olvidé del caballo de madera?
Tocadme el niño y me diréis que no.
¿Y entonces, qué?
La poesía es una manera de vivir.
Mira a la gente que hay a tu costado.
¿Ama? ¿Sufre? ¿Canta? ¿Llora?
Ayúdala a luchar por sus manos, sus ojos, su boca, por
el beso para besar y el beso para regalar, por su mesa, su
cama, su pan, su letra a y su letra h, por su pasado -¿acaso
no fueron niños?-por su porvenir-¿acaso no serán
niños?-por su presente, por el trozo de paz, de historia y
de dicha que le toca, por el pedazo de amor, grande, chico,
triste, alegre, que le toca, por todo lo que le toca y se le arrebata
en nombre de qué, de qué?
Tu vida entonces será un río innumerable que se llamará pedro,
juan ana, maría, pájaro, plumón, el aire,
mi camisa, violín, crepúsculo, piedra, pañuelo aquel, vals
antiguo, caballo de madera.
La poesía es esto.
Y luego, escríbelo.
---------------------------------------------------------
Tanguito
yo
no
sé qué hacer
para que salgas de mí y por fin te vayas
al diablo al sufrimiento que
me crece por verte y por no verte y
no seas más que eso sufrimiento
en vez de ser temblor ser esperanza
silencio bajo el sol
otro sol además
--------------------------------------
Viendo a la gente andar
Viendo a la gente andar, ponerse el traje
el vestido, la piel y la sonrisa
comer sobre los platos dulcemente
afanarse, correr, sufrir, dolerse
todo por un poquito de pan y de alegría,
viendo a la gente, digo, no hay derecho
a castigarle el hueso y la esperanza,
a ensuciarle los cantos, a oscurecerle el día,
viendo, sí,
cómo la gente llora en los rincones
más oscuros del alma y sin embargo
sabe reír y andar derecho,
viendo a la gente, bueno, viéndola
tener hijos y esperar y siempre
creer que van a mejorar las cosas
y viéndola pelear por sus riñones,
digo gente,
qué hermoso andar contigo
a descubrir la fuente de lo nuevo,
a arrancar la felicidad,
a traer el futuro sobre el lomo, hablar
familiarmente con el tiempo y saber
que acabaremos y de una buena vez por ser dichosos,
qué hermoso, digo gente, qué misterio
vivir tan castigado
y cantar y reír
¡qué asunto raro!
------------------------------------------
Un viejo asunto
Fue a principios de siglo.
La ciudad
se ponía los pantalones largos,
iba en landó, calzaba vías férreas,
ascendía hasta el cielo con ventanas.
Era el imperio de los estancieros
recién vendido a la Inglaterra, era
la reyecía de los Apellidos,
el país dividido en cinco feudos
donde engordaba el animal y pedro
valía menos que un cuero de vaca.
El río entonces una madrugada
fue despertado por extrañas voces,
palabras dulces o ásperos sonidos,
el aire anduvo averiguando qué
demonios sucedía, qué lenguaje
lo trizaba en cristales asombrados,
mientas los inmigrantes descendían
con pantalones castigados, los
bolsillos llenos de nostalgia y unos
sueños, los pocos permitidos por
la Compañía de Navegación.
Aquí vinieron italianos, turcos,
árabes, rusos, búlgaros, judíos,
eslovacos, polacos, españoles,
con los dedos del hambre en la mejilla,
con la lágrima seca en el pómulo,
con las espaldas hartas del fusil,
del knut, del palo de la policía,
aquí vinieron, construyeron casas,
relojes, sillas, lápices, pañales,
empuñaron la reja, hicieron
llover del suelo gotas congeladas
de trigo o de maíz, aquí vinieron
y edificaron días, esperanzas,
árboles, hijos, pájaros, canciones,
aquí empezó a dolerles el huesito,
mientras el amo alcorta o anchorena
mantenía queridas en París,
vendía el país por unas esterlinas,
paseaba sus polainas por Europa.
Aquí vinieron, sí, los gringos, los
extranjis, aprendieron a besar
el mate largamente, a conversar
el porteño mezclado, en guaraní,
dieron sus brazos para el frigorífico,
para las fábricas y se encontraron
cara a cara con los viejos fantasmas,
les azuzaron sus hermanos criollos
(les decían “los gringos les roban el trabajo”)
Les persiguieron la majilla y como
muchos de ellos venían de la pólvora,
del aire en armas de las barricadas
populares y muchos descendían,
por parte del dolor, de la pelea,
los amos le dictaron una ley:
“Queda prohibido para el extranjero,
jornalero, albañil, bracero o pobre,
pedir aumento de salario, unirse
luchar por su camisa, el delantal,
la cuchara , el repollo, los manteles.
Tiene permiso para sufrir hambre,
golpes y lágrimas, humillaciones,
como los chinos de esta sucia tierra.
Puede olvidarse de a poco que es un hombre,
y si lo recordase, hereje, bárbaro,
archívese, publíquese y devuélvase
encadenado a su lugar de origen”.
Esta es la ley, célebre por su número
odiado, maldecido, esta es la ley
4144.
Clavada está en el medio de mi pueblo.
Todavía golpea en lo más puro.
-----------------------------------------
Oficio
Cuando al entrar al verso me disloco
o no cabe un adverbio y se me quiebra
toda la música, la forma mira
con su monstruoso rostro de abortado,
me duele el aire, sufro el sustantivo,
pienso qué bueno andar bajo los árboles
o ser picapedrero o ser gorrión
y preocuparse por el nido y la
gorriona y los pichones, si, que bueno,
quién me manda meterme, endecasílabo,
a cantar, quién me manda
agarrarme el cerebro con las manos,
el corazón con verbos, la camisa
a dos puntas y exprimirme,
quién me manda, te digo, siendo juan,
un juan tan simple con sus pantalones,
sus amigotes, su trabajo y su
condenada costumbre de estar vivo,
quién me manda andar grávido de frases,
calzar sombrero imaginario, ir
a esperar una rima en esa esquina
como un novio puntual y desdichado,
quién me manda pelear con la gramática,
maldecirme de noche, rechinar
fieramente, negarme, renegar,
gemir, llorar, qué bueno está el gorrión
con su gorriona, sus pichones y
su nido, su capricho de ser gris,
o ser picapedrero, óigame amigo,
cambio sueños y músicas y versos
por una pica, pala y carretilla.
Con una condición:
Déjeme un poco
de este maldito gozo de cantar.
-----------------------------------------
Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de ti
Me he acostumbrado a beber la noche lentamente,
porque sé que la habitas, no importa dónde,
poblándola de sueños.
El viento de la noche abate estrellas temblorosas en
mis manos, que aún no se conforman, viudas inconsolables
de tu pelo.
En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste
y a veces les daría la libertad que exigen
para volver a ti, con el helado filo del cuchillo.
Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva
en mí, que si me muero a ti te moriría.
----------------------------------------------------
Los niños
Les agradezco estar, amanecer.
Puros, azules, limpios, asomándose detrás
de la camisa, con la sonrisa puesta, el pájaro
en su sitio, el asombro en su lugar.
Bajo sus delantales la ternura hace ruido,
y todavía creen en el aire, en la flor,
en el cielo, en los rincones.
¡Vivan! Vivan los niños y su gran campana,
tocando a muerto, a hombre, cuando crecen!
Dejad entonces, ciegos, que yo vaya a los niños.
------------------------------------------------
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcementepedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
--------------------------------------------------------
Presencia del otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo él que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
--------------------------------------
Otoño
Aparto el amor con la derecha, la locura con la
Izquierda, para que no se mezclen por tu culpa.
Otoño, gran patrón de la dulzura: no me
mates así, que aún no lo merezco.
Han muerto de ternura un bandoneón, su tango,
Lo que se mueve puro más allá.
Pero yo no, yo no. Aún no lo merezco.
Cuando vuelva a ser niño me moriré a raíz
De tu aventura.
-----------------------------------------------------
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
-------------------------------------
Fábricas de amor
I
Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuantas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.
II
Alza tus brazos, ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra como una campana
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,
límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda,
tú comienzas el mundo para que esto suceda.
III
Me has amado las manos y caerán con el otoño.
Has amado mi voz y está arrasada.
Mi rostro ha reventado sobre ti como una piedra
impura.
Me has amado y amado
para que huya de mí, señor de sombras.
Me has destruido para que yo sea luz humana
cantando
como las criaturas de tu sangre.
IV
Que del recuerdo suba el olor de tu cuerpo y se
haga tu cuerpo.
Que la noche devuelva tu dulzura.
Que tus manos sean dadas por el temblor que dieron.
Que tus ojos regresen de todo lo mirado.
Paloma del amor
en vez
asciendes pura en libertad
giras y cantas como el cielo vas invadiendo el mundo.
V
Como un niño te canto bajo la noche oscura.
Cofre de los secretos, juegos hondos,
temblores del otoño como pañuelos rápidos,
te canto allí para que seas.
Señora del candor,
con boca limpia digo uno a uno tus nombres,
pongo mi rostro en la penumbra que de ellos
desciende,
hago un gran fuego con tus nombres bajo la
noche oscura.
En realidad quiero decir: me haces andar contra la muerte.
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Arte poética
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor.
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde sus manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
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Poema
Como el amor, como el amor insistes,
nada puede alejarte,
ni la piedra más dura que tiro contra mí.
Vienes, golpeas, pie ligero,
como el amor asciendes,
dicha pura,
oleaje de la oscura desconocida maravilla.
Bajo un día de verano clausura de la sombra
entre un ruido de rostros probables moriré,
solo de ti, solo de ti, pasión del mundo, poema.
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Velorio del solo
Especialmente anda preocupado
por el tiempo, la vida, otras cositas como ser
morir sin haberse alcanzado a sí mismo.
En esto era tenaz y los días de lluvia
salía a preguntar si lo habían visto
a bordo de unos ojos de mujer
o en las costas del Brasil amando su estampido
o en el entierro de su inocencia (muy particularmente).
Siempre tuvo palabras o pálidos y pobres pedazos
de amores sin usar, de grandes vientos,
trece veces estuvo por entrar a la muerte
pero volvió, de acostumbrado, decía.
Entre otras cosas quiso
que alguno más entendiera este mundo
con lo que horrorizaba a la propia soledad.
Hoy lo velan tan espantosamente aquí mismo,
entre estas paredes por las que resbalan todavía sus
puras maldiciones,
desde su rostro cae el ruido de las barbas aún vivas
y nadie que lo huela
llegará a imaginar cómo deseaba gozar con el misterio
del amor inocente,
darle agua a sus niños.
Mientras devuelve la piel y los huesos prestados al
descuido
mira a lo lejos su figura y se persigue
por lo cual sin duda pronto
va a empezar a llover.
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El ladrón
En la noche silenciosa y oscura,
huyendo de toda presencia humana o animal,
evitando los ruidos, furtivamente roba
fuego de las palabras y palabras del fuego
para sí, para todos, para el amor que no conocerá
algún día
y la ceniza fría le castiga las manos.
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Lo Que Pasa
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche,
en la tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo
como un fuego,
y me destruyes, me construyes, eres oscura como la luz.
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Condecoraciones
Condecoraron al señor general,
condecoraron al señor almirante,
al brigadier, a mi vecino
el sargento de policía,
y alguna vez condecorarán al poeta
por usar palabras como fuego,
como sol, como esperanza,
entre tanta miseria humana,
tanto dolor
sin ir más lejos.
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Mi Buenos Aires Querido
Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
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Una mujer y un himbre
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
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Poemas de Juan Gelman
miércoles, 10 de noviembre de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
12 commanments of Carlos Gracie
The 12 commandments, which inspired Carlos Gracie, Sr., the creator of Brazilian Jiu Jitsu:
Promise your self...
1) To be strong that nothing can disturb your peace of mind.
2) To speak to all of hapiness, health, and prosperity.
3) To give all your friends the feeling that they have value.
4) To look at the bright side and turn your optimism into eventual reality.
5) To think only the best, work only for the best, and expect only the best.
6) To be as fair and as enthusiastic about the success of others as of your own.
7) To forget the mistakes of the past and focus your energy on the achievements of the future.
8) To always keep the person next to you happy, and always smile to those who address you.
9) To expend the greatest time improving yourself, and no time criticizing others.
10) To be too great to feel uneasiness, too noble to feel rage, too happy to feel setbacks, and strong enough to feel fear.
11) To have a good opinion of yourself and proclaim it to the world. Not with resounding words, but with good works.
12) To have the firm conviction that the world is on your side, as long as you stay loyal to what is best in you.
Promise your self...
1) To be strong that nothing can disturb your peace of mind.
2) To speak to all of hapiness, health, and prosperity.
3) To give all your friends the feeling that they have value.
4) To look at the bright side and turn your optimism into eventual reality.
5) To think only the best, work only for the best, and expect only the best.
6) To be as fair and as enthusiastic about the success of others as of your own.
7) To forget the mistakes of the past and focus your energy on the achievements of the future.
8) To always keep the person next to you happy, and always smile to those who address you.
9) To expend the greatest time improving yourself, and no time criticizing others.
10) To be too great to feel uneasiness, too noble to feel rage, too happy to feel setbacks, and strong enough to feel fear.
11) To have a good opinion of yourself and proclaim it to the world. Not with resounding words, but with good works.
12) To have the firm conviction that the world is on your side, as long as you stay loyal to what is best in you.
jueves, 7 de mayo de 2009
Martes 20 hs, Av. Cordoba 2202
Café literario “El Progreso” en asociación con el Club de Conversación se juntan los martes a las 20 hs. en el Café de la Facu (CÓRDOBA 2202 -esquina Uriburu, en la esquina de la Facultad de Ciencias Económicas-, a media cuadra del SUBTE D) para hablar y debatir sobre lo que sea en distintos idiomas. Entrada: $15 (incluye una consumición de café, té, gaseosa o cerveza)
Confirmanos!!!
R.S.V.P. a: cafecitocultural@cafedelafacu.com.ar
viernes, 19 de diciembre de 2008
Poesías de Guido Croxatto

(la poesía) (la poesía… es ese impulso quebrantado… y monstruoso). Es… este escritorio… es este… café. Son estas simples palabras que escribo. Hay estilo porque hay “transfiguración”, desprendimiento… del centro invisible… como dice Bonnefay “ya no es necesario dar la impresión…” (de una persona, de una cosa, de esa cafetera, de esa camisa, de ese mueble) para evocar su ser ahí material, físico, percibido como la huella de lo inasible…
El mozo pone un pedazo de papel debajo
de la mesa y yo pienso, bueno
la poesía…
es también ese pedazo de papel…
El otro.
El Otro representa la presencia de un ser que no entra en la esfera del Mismo –dice Levinas. Es decir, el Otro responde a aquello que yo no soy… la poesía también responde (de algún modo… responde… la poesía…responde) a aquello que yo no soy…
Ryzard Kapuscinki dice que los periodistas (el periodista en general) debe “ceñirse a una lacerante reducción que le permita comprimir la realidad… -que siempre es rica y pluridimensional…-. “En una descripción breve y muy simplificada”. Bueno. Yo creo que la poesía es una manera de contraarrestar eso. La poesía está –tal vez- para contraarrestar eso… Porque la poesía no puede caer nunca… La poesía no puede ser nunca “una descripción breve y muy simplificada…”
Mi libertad… Nuestra libertad
La libertad mi libertad es este
Traje
Arrugado…
Estas servilletas.
Entendés?
(Dicen que se puede) “recuperar a una persona”…
Pero qué es eso de que se puede “recuperar” a una persona…?
Eso también es una forma de mentir… o no?
Es tener un “doble discurso”.
Y la literatura no puede ser… nunca un “doble discurso”.
Y la poesía? Qué es la poesía? (Para mi) La poesía es lo… lo que uno escribe, o lo que uno dice… llanamente, en un bar… en una reunión, o hablando solo.
A dos o tres
Mesas (de distancia)
Hay una chica joven, de mi edad.
No sé bien qué es lo que hace, (y es probable que ella tampoco lo sepa)
Creo que acomoda unos manteles, abstraída.
(creo que esa chica no sabe, realmente) no sé, tal vez… quizás, yo… debiera acercarme, yo debiera preguntarle, a esta chica… es el mundo, (si) realmente, (es el mundo) el que necesita estas cosas.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Vineyards de Coloretta
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